domingo, 18 de mayo de 2014

El Síndrome de Los Sensibles

Últimamente cada vez que uso el término "gente" es en tono despectivo, y una de las razones más comunes es que parece que desde hace unos años la gente se ha vuelto muy sensible, y ha degenerado en una pandemia: Si una madre da un bofetón a su niño por cualquier mal comportamiento, la gente se abalanzaría sobre ella como hienas sobre un pedazo de carne putrefacta. Ahora bien, si la madre no hiciera nada ante tal comportamiento, el baño de críticas al que se vería sometida no sería menos suave.

Abercrombie le quita la camiseta a sus empleados y el mundo se vuelve loco.
Contratan a una chica para promocionar los toros haciendo topless y el mundo se vuelve loco.
No quiero cuestionar lo ético de estos asuntos, solamente quiero poner de manifiesto algo de lo que nadie habla nunca porque te echan a los perros en cuanto lo mencionas y das la nota discordante que no se ajusta a lo que ciegamente podría ser considerado moral por la mayoría, influidos por ese enorme montón de arquetipos que te convencen de que siempre ganan los buenos, de que hay que decir la verdad, de que todos podemos ser caballeros y de que todas podéis ser princesas.
Vivimos en un mundo en el que asociaciones como el AMPA crean partidos de fútbol escolares en los que no hay puntuación porque lo importante es participar. Estamos llevando la protección de derechos al proteccionismo. Por ejemplo, no hagas un chiste machista aunque por supuesto consideres a las mujeres iguales a todo el mundo, porque te verás abrumado por toda esa gente que se infla de moral y de lecciones defendiendo a la pobre chica que hacía topless (por voluntad propia) hasta el absurdo punto de convertir a todas las mujeres en un ser desvalido que necesita ser protegido porque no sabe defenderse. Nadie es menos que nadie y ahora mismo si hablas de un tema como es el machismo dando una de cal y otra de arena ante ese deformado escuadrón feminazi, te tildarán de machista y cosas peores.

Dejad que una chica orgullosa de sus tetas las enseñe, dejad que un chico orgulloso de su cuerpo lo enseñe, dejad que los niños se pelen las rodillas contra la tierra jugando al fútbol. Dejad de vivir amargados porque solo conseguiréis que la vida sea aún más hostil. Libraos de todos esos complejos que os han metido en la cabeza y aprended a disfrutar un poco de la vida. ¿O acaso no creéis que si esas personas no se ofenden y hacen esas cosas que tan indignas os parecen, es que el problema lo tenéis vosotros?

Dejad que el mundo decida sobre sus propias tetas y todos viviremos menos amargados.